Cuando un niño no habla correctamente, cuando no puede expresarse oralmente de manera fluida según su edad, cuando tiene dificultades de pronunciación, tartamudea o manifiesta problemas de lectoescritura y retraso fonológico, probablemente nos encontramos ante una alteración del habla y el lenguaje.
Típicamente, los niños en desarrollo pueden tener dificultades con algunos sonidos, palabras y oraciones mientras aprenden hablar. Sin embargo, la mayoría de ellos son hábiles en la comprensión, producción y uso del lenguaje en torno a los 5 años.
Cuando este hito no se alcanza, las primeras señales de que existe una alteración del habla y el lenguaje son el uso inadecuado de palabras y sus significados, inhabilidad de expresar ideas, modelos gramaticales impropios, vocabulario reducido y falta de capacidad a la hora de asimilar y ejecutar instrucciones.
Los problemas de desarrollo del habla y el lenguaje en los niños afectan de manera crítica a sus procesos de comunicación y relación con el entorno. También a sus relaciones familiares y sociales e, inevitablemente, a su rendimiento escolar.